jueves, 2 de agosto de 2007

el sufrimiento no tiene puertas ni ventanas

El sufrimiento no tiene puertas ni ventanas,
espacio alguno fuera de sí o que brinde la fuga de sí.

Corrompida de mi centro
corrida
el vacío es la entrega que te doy
vos huís lejos muy lejos demasiado lejos
desterrada de la posibilidad
implorando el deseo del llanto insobornable
y aquí está: pura entrega (desbaratada)
el episodio
es la calidad
rebalso
rebalso tanto que me vació de mí
y ahora estoy fuera
pero ya no hay nada más que el sonido mismo de ese sufrimiento
tan aguardado
agazapado en lo profundo
pacientemente desterrado
ahora es opacidad
limites corroídos
un alarido
reclama protección
un llanto inexplorado
se explaya en tu cuerpo
en mi piel
para afirmar que no se va
que te distancia
te expulsa
sólo un puente a este vacío escondite recoveco de la morada
ahora es más cerca la esencia
agiganto mis sombras
ilumino lejos
no hay fuera, no hay puertas, no hay ventanas, soy infinita
el roce me duele
la carne me estalla
fulguran las heridas
no falta nada, estoy completa, saciada.

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