sábado, 26 de abril de 2008

Fragmento: Ojos (II)

El silencio lo llenaba todo, era todo. Silencio inundando el cuarto, llenando el vacío.
Casi nunca llegaban las palabras antes de la despedida. Los cuerpos murmuraban, dialogaban.
Generalmente te esfumabas antes de despertar, te ibas a aquel otro lado, sin avisarme, sin pedir que te acompañe. Entonces, se desataban batallas en mi interior que me carcomían, me transformaban el sueño.
Otras veces, sólo volábamos, escuchando la completitud. Atónitos por ser, por estar. Esos momentos quedaban adheridos en mi mente y se sucedían las imágenes en los siguientes días, raptándome por horas al recuerdo. Secuestrada en mi memoria pasaba cuentas al recuerdo y te atribuía palabras que no dijiste, pensamientos que no tuviste. Te hacia renacer eterno, incondicional. Mentía a mi recuerdo y enloquecía en la soledad de mi silencio especulando con el tiempo que gastabas imaginándome otra vez desnuda.
A veces batallábamos por horas: ostentaciones de poder que se basaban en nuestra propia necesidad del otro. Guerreábamos hasta quedar exhaustos, contando las víctimas masacradas en la batalla. Rogándonos una tregua, la desaparición del tiempo. Y otra vez, mi soledad muerta de miedo. Queriéndome escapar de lo que provocás en mi mente, del estremecimiento de mi cuerpo.
Nuestras soledades se aplacaban de madrugada, entredormidos, tocándonos, los pensamientos se acallaban. Y regodeaba la paz en la habitación. Me mirabas declarándome necesidad de mí: sólo yo podía perpetuarme en tu piel, yo elegida, única, yo tu reflejo, tus posibilidades irracionales. Yo trayéndote a tierra, llevándote al cielo.
Pero mientras tu mirada prometía, vos huías agazapado, corrías pregonando libertad; vos tocabas otras mentes, otros cuerpos. Cansada tu mirada de mentir volvía (siempre volvía) a hacerme nacer desde tus ojos. Y era el silencio nuestro testigo, y eran nuestros cuerpos los que regresaban para acariciarse.
Parecía incierto o demasiado pretensioso retenerte dentro mío. Entonces pasaba las mañanas tendiéndote trampas para que vuelvas, para que no te vayas.

martes, 22 de abril de 2008

Sí y No

No, no quiero ver; quiero ser indiferente a todo ese dolor. Es trágico: ¿para qué esforzarnos si no tiene resolución? No, no quiero disfrutar de verte caer, prefiero mi indiferencia. No es que tu dolor se escape a mi mundo, que no esté dentro de lo dado cada día; no es que tu ruego no tenga sonido o que tus muecas desesperantes no sean visibles. Es que simplemente prefiero escaparme de todo tu acoso, prefiero negar la supuesta verdad de lo que sucede.
....

Tres sonrisas, más una carcajada generan un poco de felicidad. Vos y yo dormidos pero abrazados genera contención. Un abrazo de esos que se te desploma el cuerpo sobre el otro, da mucha paz. Una mirada llena de ganas de besar, dan más ganas de besar. Un ataque de risa entre dos o más, da mucha alegría. Así sí puedo estar.

domingo, 20 de abril de 2008

viernes, 18 de abril de 2008

Los Rusos

Si todos nos besáramos cuando queremos, por el sólo hecho que es una expresión de cariño, de alegría, sólo un piquito, como hacen los rusos; seríamos más felices y más promiscuos.
Y tendríamos en la parte de atrás de nuestra casa de campo un baño turco lleno de vapor, donde hombres rusos llenos de músculos, grandotes y colorados nos azotan con maíz, para relajarnos más. Para jugar con el placer que está entre el dolor y el goce.
Y a la noche habría fiestas multitudinarias del partido, y como somos rusos (yo sería muy blanca, muy colorada y con más pecas) nos emborracharíamos con vodka y nos besaríamos todos con todos. Entonces festejaríamos: serían grandes demostraciones de cariño, montones de caricias, sorpresivos ataques entre mis piernas, cúmulo de cuerpos frotándose. Eso sería si fuese rusa.
Y para relajarnos (si todo esto no bastó) nos meteríamos al Volga todas las mujeres desnudas y nos acariciaríamos mientras morimos de risa, y nadamos, nos salpicamos y nos besamos, todas coloradas y blancas, riéndonos en ruso.

martes, 15 de abril de 2008

Encanto

Rasgar muy lentamente esa suavidad
lo que brote, sea espeso o líquido, bebérmelo
de esa embriaguez no recordar nada
excepto el estallido
de esos añicos rasgar otras suavidades
de sus brotes succionar el veneno
con esa falta de aliento sentir el mareo
de la confusión, desconocerme
del desconocimiento, animarme
de la valentía, la locura
al fin irracional esparcirme sutilmente.

domingo, 13 de abril de 2008

Fragmento: Ojos

Te habías ido.
Una nota me deseaba un buen día.
Aún persistías en el cuarto.
Era tu olor.
Quise seguir durmiendo, no pude.
Me dolía el cuerpo.
Todavía me hablabas.
Desayuné tostadas y café.
Tenía hambre.
Recordé casi toda la noche sentada mirando la ventana.
Me preocupé de que mis recuerdos tengan forma.
No deseaba olvidar los detalles.
Me recosté de nuevo.
Traté de dormir.
No pude.
Mis pensamientos querían preguntar.
No me animé.
No quería cabos sueltos, ni inferir. Ya no especulaciones, ni asociar ideas y pensamientos.
No quería que tus palabras se vuelvan un enigma para resolver después de tu salida.
No lo pude evitar.
Y otra vez mi mente atada a tu recuerdo.
Mis trampas esperando cazar.
De repente, me invadió una sensación de alegría: habías sido más mío, había sido menos tuya.
Entonces entendí, no habían sido las palabras que dijimos, ni mis preguntas sin decir, las que te habían acercado. Era el silencio, el que te proclamaba mío.
Dudé.
Recordé.
Dudé de decirte, de hablarte, de nombrar lo que jamás podría.
Dudé de tu cuerpo dormido, inerte.
Dudé de mis plegarias a tu imagen.
¿Por qué no me hablabas? ¿Por qué no me nombrabas, no me contabas, no me relatabas? ¿Por qué yo no existía en tu afuera, en tu día?
Sólo me dabas el silencio, solamente me ofrecías tu olor.
Sonó el teléfono.
Corrí a atender.
Me agité.
La conversación no duro más que unos segundos.
Volví a la cama
Soñé.
Me levanté, no estaba dispuesta a seguir secuestrada.
Me peiné.
Salí a la calle queriendo encontrarte.

viernes, 4 de abril de 2008

Derivaciones deshiladas

Ahora veo para adelante. Me compré una agenda horrible para manejar el caos. Pensé: tengo que utilizar muy bien el tiempo, ya fueron muchos meses de semi tranquilidad. Voy a levantarme temprano. No puedo seguir durmiendo tanto, debo dormir tanto porque me estoy alimentando mal y puedo estar un poco anémica. Me empiezo alimentar mejor, incorporo nuevos platos a la dieta. Ahora hago ejercicio aunque me queje al otro día de que me duele el cuerpo. Igualmente el dolor corporal después de ejercicio es un dolor que tiene algo de placentero. Entonces, infiero, con el ejercicio y la mejor dieta voy estar menos fatigosa y voy a poder levantarme temprano y si me levanto temprano es más factible que pueda cumplir con todos los requisitos de la vida que se me fueron imponiendo. Porque no puedo dejar nada de lo que hago aunque siempre pienso que debería hacer menos cosas para poder focalizar mejor. Pero nunca me salió lo de focalizar bien porque soy desconcentrada. Desconcentrada de una manera no colgada. Digamos que tengo una inteligencia intuitiva, es decir no pienso desde la lógica sino mediante atajos de asociaciones libres irreconstruibles. Creo que más de una vez me han dicho loca por eso. Bueno me han dicho loca por varias cosas, pero no vienen al caso. Pero a mi me gusta mucho mi forma de pensar porque me sorprende aunque no sea capaz de justificar nada y no pueda argumentar bien y me falle la memoria que no es que sea mala es que es intuitiva como la inteligencia. Lo importante es que ya me planifiqué y tengo ocupados todos los días en casi todas las horas y las horas que no están ocupadas en realidad ya lo están porque seguramente sean horas dedicadas al ocio y a la vida social y amorosa, que de alguna manera ya están estipuladas. Es decir que pasaré varias de esas horas frente a la computadora mirando películas y series, jugando, navegando, viendo y editando fotos, bajando música y pelis, observando la casilla de mails, menos mal que uno puede hacer muchísimas cosas en la maquinola aunque no sea dual cuore. También iré a cenar y al cine y al teatro y a bares a tomar cerveza y vino también porque ya va a hacer frío. También a comer afuera y a la casa de otros como invitada. Seguro veré películas en la compu de Brav, en la tele grandota sobre el piso de Ari y obviamente en mi diminuto monitor. También ocuparé esas horas leyendo y espero que parte sean para bailar y bueno los quehaceres de la casa que ocupan un montón pero son imposibles de sacárselos de encima pero que ayudan a desarrollar la mente en blanco, están bien para boyar en la superficie de cualquier idea. Y aparte planeo empezar a tejer y quiero hacer más diseños de ropa, para proponerle a la alemana loca aunque bueno la idea sería no sumar más cosas porque tengo que escribir un montón de monografías y el proyecto de tesis y eso me lleva mucho tiempo y cabeza y a veces la academia no entiende nada de inteligencias intuitivas pero no me importa porque estoy aprendiendo a disimular. Aunque no sé disimular muy bien por lo pasional que me da ser extrema, pero sé mentir muy bien pero eso debe ser por lo de la actuación. Para la actuación creo que sirve la inteligencia intuitiva porque es más impulsiva, pero no sé, no estoy segura. Pensé en presentar mi CV en una búsqueda laboral pero decía lo siguiente al final de los requisitos : “La búsqueda se orienta a una persona que tenga un método de trabajo ordenado y detallista, preferentemente con un perfil lógico-matemático” obviamente por todo lo que acabo de exponer más arriba ese no es mi perfil y ya expliqué lo de intentar disimular. A pesar de todo, creo que ya estoy preparada para empezar la temporada otoño invierno y quizás no me vaya tan mal.

jueves, 3 de abril de 2008

Gustos

Hemos elaborada la siguiente afirmación con maestranda ayer a la noche: las personas que carecen de estética para vestirse también carecen de estética para decorar los ambientes. Luego hemos realizado una comprobación empírica basada en una muestra de allegados y la afirmación fue 100% confirmada.