domingo, 9 de mayo de 2010

Autobiografía mentirosa

Todo empezó en Chile. Yo tenía una maraña de pelo colorado sobre mi cabeza y pensaba, constantemente: verano en Caballito, fiestas en La Sala, había muchos jipis que no les gustaba bañarse, había una cara de león caída en el piso, me la regalaron, yo vestía de negro y me hacía pis. Mientras pensaba hubo un choque de autos: Crash! Como consecuencia del accidente aprendía a hablar Deutsh. Todos los que fui conociendo me decían: como la canción!! Otros me gritaban: Sos una genia!, también en deutsh. Por esa época, sólo me importaba divertirme. Ahí los conocí a Vero y a Lean. Nos mudamos a una casa con tres pinos y una pileta redonda. Lean tocaba el violín y yo me compré un pony. Después nos mudamos a un departamento verde. J .R . vivía abajo. A veces me decía “Es que sin vos no soy nada (como la canción)” y otras veces me decía Maquita, Mac, Maquintosh, Maquis, Maquius, Mackeins, o Macarrón.
Tiempo después me llevó un policía por mal cogida, cagadora y frígida. El policía olía a frutilla. Me convertí en escritora, mi primer libro se tituló “¿Usas anteojos?”. Murió Pedro, me lo encontré y le dije “fuiste muy zarpado. No daba” pero él era pez y comía tomate.
Las anginas duelen, me las curaba John Malcovich y yo quería ser él. Pero siempre me contestaba: sobámela con ricota. Fue un punto de inflexión y de inspiración. Publiqué mi segundo libro titulado: “Usas anteojos de pez vaginal, sobámela con ricota”. No fue un éxito comercial y comencé a vender encendedores. Pensaba siempre en lo que me molesta, peruano. Solía usar unos zapatos verdes, made in china. Estos me provocaron un esguince, auch. Tuvo efectos colaterales, mis ojos se pusieron verdes y mi pie azul. Por suerte, llego un pibito entre rodillas (nunca vienen mal) con una familia verde, el padre se cree Batman. Con Batman nos fuimos al norte -el pie estaba mejor- de ahí a Ecuador, derechito hasta el trópico de cáncer que tenía forma de cangrejo. Jugamos mucho futbol 11. Salimos campeones y nos terminamos amando en Valizas en luna llena.
Luego volví a Caballito, fui al Liceo 12. Fue un tiempo duro, estaba siempre sola bajo un pino rojo y después no sé, la duda. Pero llegó mi hermano San, fumaba porro, me dió un ramo de flores rojas y artificiales que hacían chan-chan-chan Vinieron Jorge y Patricia, los progenitores. También la gata gris Manoletas diciendo: “Dale gas”. Y todo terminó cuando me desperté y era Felipe.

1 comentario:

astadiego dijo...
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