martes, 15 de abril de 2008

Encanto

Rasgar muy lentamente esa suavidad
lo que brote, sea espeso o líquido, bebérmelo
de esa embriaguez no recordar nada
excepto el estallido
de esos añicos rasgar otras suavidades
de sus brotes succionar el veneno
con esa falta de aliento sentir el mareo
de la confusión, desconocerme
del desconocimiento, animarme
de la valentía, la locura
al fin irracional esparcirme sutilmente.

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