martes, 22 de abril de 2008

Sí y No

No, no quiero ver; quiero ser indiferente a todo ese dolor. Es trágico: ¿para qué esforzarnos si no tiene resolución? No, no quiero disfrutar de verte caer, prefiero mi indiferencia. No es que tu dolor se escape a mi mundo, que no esté dentro de lo dado cada día; no es que tu ruego no tenga sonido o que tus muecas desesperantes no sean visibles. Es que simplemente prefiero escaparme de todo tu acoso, prefiero negar la supuesta verdad de lo que sucede.
....

Tres sonrisas, más una carcajada generan un poco de felicidad. Vos y yo dormidos pero abrazados genera contención. Un abrazo de esos que se te desploma el cuerpo sobre el otro, da mucha paz. Una mirada llena de ganas de besar, dan más ganas de besar. Un ataque de risa entre dos o más, da mucha alegría. Así sí puedo estar.

2 comentarios:

Ariel Gulluni dijo...

Primero y sin matices:
me gusta MUCHO este.

Dicho esto, mi afinidad electiva originaria, la confesión que suele hacerse despues, ensayo ahora una especie de justificación (que suele ir primero, pero para qué?)

Tiene una especie de sencillez que convoca con MUCHA facilidad aquello que nombra. Esos estados, esas sensaciones. Las trae, sin esfuerzo. Sin roce. Y me siento, de repente, así.

Eso.

Anónimo dijo...

Sí y No parece que son las únicas opciones que tenemos... Lo malo es que a veces uno dice NO y el otro Sí (y viceversa)... Pero estoy completamente seguro que cuando se coincide en un Sí, los abrazos son más dulces, los cariños más fuertes, los besos más complices y los silencios más comodos...