jueves, 1 de mayo de 2008

Corriente

Empuja para que se mueva y casi siempre queda estático. Es casi desesperado el impulso. De vez en cuando toma coraje: observa, reflexiona, calcula, sopesa. Mira por donde y decide. Entonces se generan expectativas y lo diferente irá a tomarlo todo, será otra etapa, nuevo ciclo. Al principio no hubo más reflexión, después empezó la melancolía porque se agigantan los recuerdos. Entonces la duda y después la desilusión. Lo peor está en no creer, el hermetismo devino de tanta prisión. Luego sólo espacios saturados de tanto uno, asqueado. El padecimiento pareciese ser la quietud del movimiento.

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