miércoles, 4 de junio de 2008

Deshiladas

Me agarro la fobia social, bueno tampoco tanto (es que soy muy exagerada), digamos mejor que no ando bien en la cuestión social; aunque tampoco cuestión social es un buen termino, si no recuerdo mal es un concepto y se usa para algo muy distinto; quizás sea mejor “no me estoy bancando mucho a la gente”, ahí va, eso es lo que me pasa. No me pasa con todos y con todos no me pasa por igual sino más bien con los muy cercanos, los muy pesados, los muy quejosos, los muy negativos, los soberbios, los avasallados por la vida urbana. Me banco menos a las mujeres que a los hombres, aunque estos demanden más pero joden menos. Igualmente me banco poco a mí, me aburro bastante de mi misma. Cuando me agarra “la indiferencia con las personas” aumenta mi necesidad de ver películas; miro muchas y si no miro pienso en ellas, leo criticas, veo que ver. También aumentan las lagunas mentales, o más que aumentar digamos que las dejo ser, entonces no todo los pensamientos tienen un hilo sino que se quedan ahí dormidos en la nube blanca. Peor aun si la nube incluye memoria, las dificultades para recordar aumentan momento a momento en un increcento. Un amigo me dice que se acuerda más de las sensaciones que de los sucesos, yo también: entonces en vez de un nombre me acuerdo de las sensaciones que me da ese nombre o en vez de un concepto o una cita sólo recuerdo las sensaciones que me provocaron. Me siento incapacitada de relatar un libro o una película, de repetir un texto, cantar entera una canción, etc. A veces llego a la cocina de mi casa y una amiga me dice “cóntame todo”, de respuesta tiene un resumen de lo que paso, mis sensaciones, las conclusiones y el análisis del hecho; entonces se quejan: “contás re mal, cóntame bien ¿te tengo que preguntar todo?”. Y no, no hay manera de armar un relato detallado con diálogos y decir “me dijo” y “le dije”, admiro a mis amigas que te cuentan todo con detalle y en un orden temporal, no me importa que inventen, es un relato consistente. En mi caso es imposible. Por suerte la necesidad de soledad pasa rápido y entonces disminuyen las lagunas y aunque los relatos me sean imposibles, un poco más avispada estoy.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y escribir Maca te saca la soledad o por lo menos se nota que al hacerlo se desvanece esta sensacion. Me gusta leerte. vero

Anónimo dijo...

no te olvides e mi maca, me das todo lo que alguien que te quiere necesita, gracias por estar ahi. siempre presente, lo importante de las palabras es como le llegan a cada uno y las tuyas siempre coinciden con lo que uno quiere escuchar, te quiero mucho y no puedo evitar entrar cada dia a ver que tenes de nuevo en tu blog.