viernes, 28 de marzo de 2008

Deshechos

Es tanto pero tanto que siento que no me puedo mover, que me caigo al piso hecha un bollito y que ahí grito un desgarro tan profundo, tan primitivo, tan esencial que casi es la muerte. Espantada del suceso, del suceso de lo que se repite pérfidamente. Del que nunca nadie pueda alcanzarme.
Mi amague es un desagarro, a destiempo. Vacío desangrado. Una pantomima, un eufemismo, lo no nombrado.
Horror del quizás, el arrepentimiento como purga, pero no hay dejo, no hay huella, no pasó.
Nada se inscribe porque todo sigue sucediendo, lo que me seca es soledad tan enfrentada. Ni el menor gesto. Desánimate. No hay ni siquiera un solo espacio en el que dejar al grito devenido espasmo, ni siquiera está la redención de las lágrimas. Tampoco queda la imaginación de la liberación, la liviandad del que vendrá. Espanto más que horror, flotando desvanecida. Pareciese que solo queda agriar las venas.

(dibujo x Sandi)

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