sábado, 8 de marzo de 2008

El ambiente

Todo tiene su precio, así dicen, las noches en Buenos Aires tienen más pretensiones que realidades y casi todos dan más vueltas que la diversión que encuentran.
El mundo se divide en ambientes, grupos de personas que se conocen entre sí. Formados por subgrupos: mismas formas, códigos, hábitos y modas. Con mayor o menor identidad cada ámbito va formando su pertenencia, se reproduce a sí mismo. En general no hay un reconocimiento del ambiente del que se es parte pero se reconoce el adentro y el afuera.
Buenos aires genera heterogéneos, múltiples y montones de ambientes. Sus puntas se cruzan, se rozan, algunos se extinguen, otros pierden fuerzas, algunos son hereditarios, otros innovan.
El barrio, las actividades educativas, laborales, la música, las familias (sólo para muy pocos), las salidas, la moda, la forma de vestirse, el arte: determinan y dan forma a los ambientes delimitados.
Grupalidades que nacieron del colegio secundario, de la facultad, del barrio, amigos de amigos conocidos, información circulante, recitales, boliches. Parejas, rumores, chismes, conocidos, nombres, amigos, peleas, distancias, nuevos amigos.
Fuera de las determinaciones groseras de clase, la amplia y heterogénea clase media porteña genera entornos numerosos y diferentes que paradójicamente al interior de la ciudad conviven y se cruzan hasta la sorpresa. Círculos sociales que no son tan redondos. Conocidos que ofician de puente y de carta de presentación. El anonimato tampoco existe en la gran ciudad, no hay manera de escaparse, no hay forma de esconderse.

1 comentario:

Anónimo dijo...

MAESTRANDA!!!!! muy bueno el pony!!!!